Amadeo Peralta era un hombre que fue criado como un matón bajo las ideas de su padre, quien no veía útil el estudio. Con el tiempo descubrió que para progresar se debía enfatizar en la realización de negocios y relaciones con personas influyentes, y por ello debía casarse por conveniencia con la hija de un hacendado. El era un hombre seductor, a quien no le atraía la idea de casarse. Antes de llevar a cabo su matrimonio salió a pasear a un pueblo cercano, en donde, atraido por los acordes de una bella música de salterio, conoció a Hortensia, una jovencita que logró despertar la pasión en el. Luego de un breve encuentro, se olvidó de aquella joven. Ella regresó a su casa, enamorada. Amadeo no supo que hacer y la encerró en el sótano del antiguo ingenio de azucar, en donde disfrutó de ella hasta hartarse. Hortensia terminó desnuda y encerrada, Amadeo la descuidaba constantemente, asignando una persona para que cuidara de ella, dejando atrás sus promesas de regresar, llevarle regalos y muñecas. Hortensia fue olvidando su forma humana, tornandose en una criatura de la oscuridad, con su piel seca, sus ojos hundidos, tocando su salterio, cuya melodía era como un lamento.
Después de 47 años de encierro y gracias a unos niños que escucharon sus sonidos animales, Hortensia fue encontrada y rescatada, aunque le costó mucho trabajo adaptarse a la vida humana. Amadeo fue condenado por esto y puesto en prisión, aunque el ya no lograba recordar con claridad cuales eran sus culpas. Hortensia cada día se instalaba fuera de la carcel a tocar su salterio, y, Amadeo, escuchando aquella distorsionada melodía, en su encierro, olvidó su humanidad, sepultado en vida.
Crítica:
Este es un cuento bastante impactante, ya que muestra un lado oscuro del ser humano, el deseo de posesión de una persona, hasta llegar al punto de tomarla como suya en cautiverio. El texto es bastante descriptivo, haciendo que se pueda imaginar claramente el dolor vivido por esta mujer, su transformación de una hermosa joven a una criatura abandonada, todo resultado de las bajas pasiones de un hombre vil y egoista.
Este relato, si bien surge de la imaginación de la escrutora, se podría relacionar con algunas historias reales, de personas que han tenido que padecer este tipo de encierro. Su final es bastante sorprendente, ya que Hortensia a pesar de todo, seguía pensando que aquel hombre había sido bueno con ella y nunca la había dejado pasar hambre.
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