Niña perversa

Síntesis:

Elena era tan solo una niña de 11 años que vivía con su madre y la ayudaba en las labores de administración en una pensión, de la cual su madre era propietaria. Su aspecto de niña descuidada, silenciosa y melancólica, hacía que esta pasara desapercibida. 
A partir de la llegada de José Bernal "el Ruiseñor", se inició un gran cambio en ella y en su entorno. Su madre, una mujer estricta, digna y orgullosa, cambió sus hábitos al ceder ante los encantos del hombre, quien decía ser un famoso cantante que actuaba en las noches y dormía en el día, gastaba excesivamente y tenía una alimentación vegetariana. 
Elena, quien al principio se sentía molesta por la presencia de aquel hombre que acaparaba toda la atención de su madre, cambió toda su perspectiva, después que una tarde, el hombre comenzó a pulsar las cuerdas de su guitarra y entonar canciones que ella jamás había escuchado. Ella logró descubrir sus rasgos masculinos, despertando en ella una pasión que jamás había sentido. Comenzó a realizar rituales a escondidas, entrando a la habitación del hombre, imaginando que, al acariciar su ropa y sus cosas, era al hombre a quien besaba y acariciaba. Una de esas noches, Elena descubrió, como ya lo había sospechado, que Bernal y su madre eran amantes. 
Un día, luego de espiarlos por varias noches, ella llegó del colegio, encontrando a este hombre reposando en su cama. Ella se acostó a su lado, lo sintió como tantas veces había imaginado, el correspondió al sentir sus caricias, pensando que era su amante, pero, cuando descubrió que era Elena, la rechazó, gritándole que era una niña perversa. 
Luego de este incidente, Elena fue enviada a un internado, en donde realizó sus estudios y luego ingresó a la  universidad, quedando atrás aquel turbio recuerdo. Mientras tanto, Bernal, quien se había ido a vivir con la madre de Elena, no podía apartar sus recuerdos de aquella tarde, y lo que había sentido, despertando en el un extraño deseo, que tenía que alimentar comprando bragas infantiles y espiando las niñas en los colegios. 
Un día, ya cuando Elena tenía 27 años, Elena fue a visitar a su madre junto a su novio. Bernal se sentía agobiado por cómo abordaría a Elena, así que, cuando la vio, ella ya no era la niña ardiente que el recordaba, sino una mujer simple. El aprovechó un momento a solas para decirle a Elena que no había querido rechazarla aquel día, que lo perdonara, pues su recuerdo lo había perseguido todo ese tiempo. Elena no respondió, ya que aquel recuerdo se había borrado de su mente para siempre. 

Crítica personal:

El texto me llevó a experimentar diferentes emociones y también a reflexionar acerca de varios temas, ya que es una historia bien elaborada, la descripción de los hechos y las emociones implícitas hacen que sea posible re crear cada una de las escenas. En cuanto a la historia de Elena, en un comienzo es lamentable, ya que es una niña bastante solitaria, no recibe suficiente atención con su madre y su comunicación no era la adecuada. Tal vez si esa comunicación hubiera existido, la niña hubiera tenido una guía para afrontar esa nueva situación de manera más sabia. Lo bueno es que con el pasar de los años ella pudo olvidar aquel incidente y cambiar su vida para bien.

En cuanto al señor Bernal, la situación que vivió con la niña despertó en él un instinto bastante bajo, rayando casi en la pedofilia, aunque sin llegar a cometer algún delito en contra de una niña. Esto es algo que, a mi modo de ver, se ve mucho en la actualidad, por lo cual pienso que es necesario estar atentos al cuidado y la educación de niñas y adolescentes, pues se encuentran expuestas a personas de ese tipo. En este caso me pareció un cuento interesante y reflexivo. 


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