Me ahogo en mis sueños. Me miro en el espejo y solamente puedo ver la sombra de la mujer que deseo llegar a ser. La depresión se adhiere a mi ser y no me quiere abandonar, me ata de pies y manos y no me permite avanzar, entume mi alma y mi voluntad, me sumerge en un limbo, del cual quiero salir, pero no se como hacerlo. Mis fuerzas se disipan, el dolor se apodera de mi, la decepción de tantos intentos fallidos, de tantas malas decisiones, de dejar todo a medias, de lo que soy, de mi misma, de mis elecciones. Me siento perdida, de tanto cambiar de camino, ya no se a donde voy, de donde vengo, en un laberinto sin fin me encuentro, no veo la salida, ya no se a donde ir...
Soy una caricatura, una burla, un ser dibujado a medias, la belleza e inteligencia de la juventud se ha esfumado, desperdiciada en mi indecisión, dando como resultado esta mujer, llena de arrepentimientos y deseos que vagan en el medio de la nada, sueños sin realizar, amores pasajeros que se llevaron lo mejor de ella, un ser vacío y sin rumbo, alguien que por sus venas, corre la depresión, devastando toda posibilidad de llegar a realizar sus sueños, una persona rota y triste.
